Desde los escombros me levanto
cual lirio erguido frente a la luz del sol.
Me observo, me entiendo, me calmo
y en la tranquilidad de la gran pausa
me revisto de colores.
El ruido se ha marchado
junto al movimiento subterráneo que no dejaban sostenerme
hoy soy mujer, niña, persona
y en mi seno contemplo los vacío llenos de historias.
El miedo se aparta lentamente,
como las sombras en el amanecer
el aire ingresa a mis pulmones y acaricia mis vísceras entumecidas.
Mis raíces se extienden dándome firmeza
y los pájaros levantan nidos en mi pelo.
Observo el pasado y lo integro como notas
en una balada interminable.
Me sumerjo en la música y descanso.
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